La Ley y la Ley del Embudo.

La trama más grande de financiación ilegal, llamado caso Gürtel, juzga al juez Garzón. Teniendo en cuenta los intereses económicos y de desfalco, interesa “desactivar” todo avance en la investigación, no vaya a darse el caso de que alguien tire más de la manta y se descubran nuevos colaboradores y chorizos con marchamo PP. No nos hemos olvidado de las alabanzas del actual presidente Rajoy a Camps.

Al ciudadano solamente le queda, a la vista de las actuaciones, la sospecha de que estamos en manos de “tribunales políticos”, que actúan al dictado de aquellos que le dan de comer; a los que han colocado en puestos de relevancia y que neutralizan cualquier osadía, como esta, que sirvan para evidenciar como viven algunos a costa del despilfarro galopante y continuado, que ahora tenemos todos que pagar. Eso sí, cuando no hay ni para pagar la “calefacción” de los colegios. Siempre daremos por bueno cualquier dispendio faraónico que comande el “cacique de turno” a costa de subir los impuestos a los asalariados para desplomarlos aún más.

La justicia española está, bajo mínimos en su formación humanística en relevancia y efectividad; y de sospecha mundialmente, ante la situación planteada.

Volveremos a los tiempos de la dictadura, donde los llamados “penados” se tiraban por la ventana para ahorrarse pólizas y diligencias por amor de la preservación legal de las leyes fundamentales del glorioso movimiento nacional. Por aquí es por donde van los tiros para el juez Garzón. Mañana nos tocará a otros.

 Imagen: Juez, Baltasar Garzón.