EL NUEVO HIJO PRÓDIGO
jueves, 8 de septiembre de 2011
El SUR (Grecia, Italia, España y Portugal), son el pródigo de una vida de disipación y desenfreno. En este SUR, se ha dejado tentar de todas las maneras y se ha endeudado y se dedicó a vivir por encima de sus posibilidades. Solamente comprendió que cuando su “bolsa” quedó vacía, regresó a casa del padre so pena de morir de hambre.
Su padre, naturalmente alemán, que tiene colmados sus graneros y productos multiplicados por dos, se convirtió en la parábola del padre, contento de la vuelta del hijo pródigo para quien manda matar corderos y la celebración de un gran banquete en honor a su regreso, pero al hijo mayor le parece un escarnio, porque, entre otras cosas, los corderos los crió él con su trabajo y su esfuerzo mientras su hermano se dedicaba a pasarlo bien y a gozar de la buena vida.
Las parábolas como la ópera se las recuerda de cuando en vez, así sucedió cuando el padre vió venir a su hijo “golfo Sur”; le echó la mano y se lo llevó a la majada para que la dejara limpia como los choros del oro.
A continuación le susurró llevar el abono al campo y al anochecer recogerse con los jornaleros, lejos de la Casa Grande. El hijo mayor (parlamento alemán). Aplaudió la idea y este propinó unas collejas al tiempo que le pidió la dirección de los burdeles y casas del buen vivir por donde había estado.
En la Casa Grande, el enfado es grande y conviene preguntar al hijo pródigo, quien responde: “Yo no sé lo que han hecho otros”. Tengo 50 años cumplidos, estoy ya casado y tengo hijos. Tuve un buen empleo, fui honrado y trabajador y es justo que con esto haya comprado una vivienda a pagar en 25 años, después de la jubilación. Mi mujer, por otra parte, también trabajó. Llegamos a fin de mes con lo justo ¿Era esto lo que se llamaba vivir por encima de nuestras posibilidades? Les vamos a decir quién vive por encima de sus posibilidades: “Todos aquellos que gastan lo que no necesitan”. Desde cualquier ministerio, al que compra y tira un dátil porque ya no le apetece pasando por todos los especuladores y millonarios que a diario salen en las televisiones, revistas y periódicos porque dicen que la vida es corta y hay que vivirla.
¿Es malo quien quiere vivirla de una manera digna? ¡Hombre! Lo mejor es vivir tranquilo como poco pues de lo poco bien se sabe, nunca falta. ¡Claro¡ es que ya vivíamos con poco. ¡Ah! Nos olvidamos decir que la empresa donde trabajé ya cerró, quedamos sin trabajo. La vivienda pasó al banco a mitad de pagarla, y nos quedó la deuda total por vida, porque nuestro banco tiene compromisos con los bancos alemanes y de momento leemos los epítetos de los “Indignaos”. Esto nos va valiendo.
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