EL MOVIMIENTO COOPERATIVO INTERNACIONAL

Frachega, que sabe un poco de este movimiento, por haberlo abanderado durante muchos años, quiere reflejarlo aquí por haber aparecido ya en la mitad del siglo XIX como un movimiento apolítico y religioso; más bien como una institución familiar, listo siempre para satisfacer las necesidades de los más débiles desde el campo, la industria o cualquier otro oficio y su familia. Como asociación social y económica trata de mejorar la situación de sus asociados tomando pecho sus intereses materiales llegando de esta manera a una institución culta y sana dentro de la familia. Lo esencial de la COOPERACIÓN es que como sociedad social y económica está siempre sometida a todas las reglas de gestión sana.

Como sociedad es asociación de “hombres y mujeres” y no de capitales, idealizados humana y socialmente en la “ayuda mutua”.

Por su fin social respeta las reglas de Rochdale:
- Adhesión libre y voluntaria.
- Control democrático: un hombre, un voto.
- Retornos económicos cooperativos.
- Intereses limitados al capital.
- Neutralidad política y religiosa.
- Desarrollo del Fondo Social.

Basados en estos principios fundamentales, miembros de Frachega, han recogido la frase de un político de nuestro tiempo que dijo: “es necesario enseñar a los hombres y mujeres que la concepción individualista hay que cambiarla y esforzarse colectivamente en el trabajo sea cual fuere, porque solamente así basado en la COOPERACIÓN se pondrá al abrigo de los movimientos del capitalismo agitador y especulador”.

Así pues, por experiencia, la COOPERACIÓN es algo sano y es un enfoque de la economía para los necesitados que abarca sectores amplios de la población en el mundo, estimulando el sentido de solidaridad y fraternidad, de la mutua ayuda, de la colaboración en el esfuerzo y el sacrificio.

Frachega, sabe muy bien que la COOPERACIÓN descubre muchas verdades y un buen número de conquistas que en el guarismo tienen difícil solución.

Todos tenemos derecho a participar en los beneficios del trabajo, de la cultura y del espíritu y solamente la “igualdad cooperativa” con libertad y la paternidad humana, se puede evitar los prejuicios de raza, clase o categoría social y económica, ofensa a la naturaleza y dignidad de las personas, además de un mejor trato a la MADRE TIERRA. Decía FAUQUET: las primeras instituciones cooperativas nacieron espontáneamente de las necesidades y del espíritu de asociación de las “clases populares”. SINTESIS PERFECTO DE UN SANO ENFOQUE DEL HOMBRE CON LA ECONOMÍA.