EL DESCRÉDITO POLITICO: HOY

viernes, 5 de agosto de 2011

España camina hacia el 20-N y todos los políticos presumen de honestidad, cultura y con muchos conocimientos para solucionar la actual situación de paro, embargos hipotecarios, y soluciones para la juventud desempleada, pero, nos tememos que acabaran como siempre, como lo han hecho hasta ahora, demostrando que solamente son unos arribistas que han venido engañando, una y otra vez, a la ciudadanía con promesas electorales irrealizables y que por alguna razón que Frachega desconoce, la gente les cree sin cuestionarlo en lo más mínimo. Así, el llamado “árbol democrático” tiene pocas raíces y las que tiene están poco arraigadas a la democracia, sino al “sueldo” que luego se imponen además de otras cosas. Frachega, llamaría a los presumidos padres de la Constitución española a que hagan un esfuerzo en invitar a los gobernantes actuales y los próximos a realizar una reforma basada en la experiencia de los 30 años parcheados, sin ideas ni proyectos (autonomías), y lo que es peor despreocupados de sus deberes que en su día fueron promesas.

Frachega, reconoce que a España le falta una total RECONVERSIÓN, desde el ciudadano de a pié, hasta los políticos más capaces. No se puede seguir con la cabeza bajo el ala y esperar que la grave situación que se padece, mejore cuando son precisamente los políticos los que tienen la llave de la caja de las ilusiones de todos los españoles.

Frachega, piensa que para las próximas elecciones del 20-N se necesitan políticos preparados, honestos y con ambiciones decentes para arremangarse y sacar a España del hoyo, en el que ya llevamos tiempo metidos, de lo contrario seguirá la crisis para rato, aumentará el paro, aumentarán los embargos, se privatizarán empresas públicas, desaparecerá la sanidad tal y como la conocemos a día de hoy “gratis” y la vida en el país se hará insoportable. Si no al tiempo.

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"Soy humano; nada humano me es ajeno". Terencio

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Martin Niemoller

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