¡VAYA PANORAMA AMIGOS!

lunes, 22 de agosto de 2011

Estamos en los once primeros años del siglo XXI y tanto las cosas como las personas estamos por igual sometidos al apremio de la máxima rapidez; estamos pasando de un mundo donde el grande se come al pequeño, y donde la rapidez se come a los lentos. Esta rapidez obsesión del capitalismo industrial, de hacerlo todo más rápido nos ha llevado a esta espantosa situación global, donde la primera potencia del mundo no sabe cómo salir de ella.

Precisamente, en 1.982 LARRY DOSSEY, médico estadounidense acuñó el término “enfermedad del tiempo”, para denominar la creencia obsesiva de que el tiempo se aleja y el capitalismo industrial piensa que se debe pedalear cada vez más rápido para mantener el ritmo, sobre todo, en los bienes de consumo, en donde nos vemos engullidos y partícipes del culto a la velocidad.

Hemos empezado el siglo XXI con mal pie, sometiendo al apremio de la máxima rapidez y en este mes de agosto del 2.011, llegó el momento de poner en tela de juicio la obsesión capitalista deshumanizado de la era de la rapidez.

Nadie duda de que este capitalismo moderno generó una riqueza extraordinaria, al coste de devorar “recursos naturales” con la que nuestra madre naturaleza no es capaz de reemplazarlos. Este capitalismo moderno, fue demasiado rápido, incluso para su propio bien (vean cómo anda la bolsa y los mercados financieros), pues la urgencia por terminar “dejó poco tiempo incluso para el control de calidad”.

Primero fue la cultura del trabajo, le siguió la cultura de la velocidad, después la del consumo a tope y ahora la “cultura del agotamiento” en su doble vertiente: agotamiento mental y financiero. Para todo esto, se perdió la ética en el trabajo que se desmadró. En fin, amigos, que cuando las cosas se suceden con tanta rapidez nadie puede estar seguro de nada, ni siquiera de sí mismo.

No hablemos de los niños que son quienes más padecen esta orgía de la aceleración. Niños viviendo como adultos atrapados en el tiempo lejos de la actividad de su propia infancia: “ir por ahí con los amigos, jugar y soñar”... ¡Vaya panorama amigos!

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Sobre este blog

"Soy humano; nada humano me es ajeno". Terencio

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Martin Niemoller

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