Eso es al menos lo que
parece por culpa del tímido deportista olímpico, casado con una de las hijas
del Rey. Y lo que es peor, según la policía “vendió sus influencias” con la lógica
intención de “hacer caja” como otros muchos políticos, faltos de ética y moral.
¡Quién lo diría de este tímido ex deportista!, pero ya se ve como se ha
contagiado la Casa Real, por su culpa. Todo esto para no desentonar con los
consejeros de bancos, cajas y altos cargos de muchas entidades públicas
españolas. Así dice el empresario Fernando Roig, propietario del Club Villareal
que pagó, ni más ni menos, 690.000 euros de curso legal, al señor duque de
Palma (perdonen que no le nombre por el apellido, porque nos da vergüenza), por
un informe de 11 folios copiado de Internet, según averiguaciones de los
investigadores del “caso Palma Arena” ¿Se hacen ustedes cargo del amor al
dinero, para ayudar al país en quiebra? No es para menos dada la delicada situación
del señor duque de pobreza extrema.
Al parecer, una de las
hipótesis que maneja la policía, es la de que el señor duque, aprovechándose de
la situación y sin importarle un ápice el daño que podría causar a la
monarquía, vendió durante varios años -¡qué suerte!- sus influencias como
miembro de la Familia Real y camufló sus servicios en forma de asesorías de
imagen, contratadas por numerosas entidades particulares y públicas, con mucho
éxito por tratarse de quien era el personaje.
Hombre de Dios, ¿no te
has dado cuenta del grave daño causado a una Institución de la que nunca gozó
del beneplácito del pueblo? Al menos de la mayoría.
Las pesquisas de la
Agencia Tributaria, la fiscalía anticorrupción y el Grupo de Delitos Económicos
de la Policía Nacional, anda que no descubrió nada, solamente una pieza separada
y secreta, de un ramillete de sociedades, que según la prensa, fueron
vertebradas en Nóos y presidida por el señor duque de Palma, Grande de España,
por la Gracia de Dios, ente el 2.004 al 2.006 y como vicepresidente - gerente y
mano derecha (de la derecha) del profesor universitario Diego Torres. No puede
ser pero es verdad: El señor Torres con el señor duque y el grupo de afines,
montaron una doble fuente de ingresos impresionante. Por un lado, se dedicaron (en
época de crisis), a organizar eventos en Valencia, cuna del Sr. Camps y CAM;
Mallorca y Canarias bajo el pomposo nombre de “deporte y turismo” que sueña muy
bien, y “acontecimientos deportivos” o “deporte de integración social”, para
distraer a los parados y pensionistas de cada zona, patrocinados por
instituciones valencianas (Generalitat y Ayuntamiento) de Valencia y Gobierno
Balear que pagaron a NÓOS casi 6 millones de euros entre el 2.004 y 2.007 ¡que
fenómeno es el Sr. duque!
En esa desenfrenada
carrera, (por algo el duque es olímpico), de obtener dinero, perdida su ética y
moral, se lanza a hacer clientes, destacando el ayuntamiento de Mataró, Madrid,
Alcalá y Valencia, pertenecientes al grupo político que todos conocemos, además
de la Universidad Politécnica, Generalitat valenciana,…
¡Ah! Pero para que no
faltara de nada, también recurrió a las privadas como Ford, Iberdrola, Bancaja,
Villareal y Valencia club de fútbol, en una carrerilla que no sabemos hasta
donde llegaba. Ante esta situación uno se pregunta, realmente ¡que vendía el
señor duque!
Dice la prensa que el
fiscal elude por ahora acusar al tímido Iñaki Urdangarín por los cobros a
empresas porque piensa que aparezcan nuevos datos. Para qué, señores: Si total
en este país nadie va a la cárcel, por estos delitos, vean si no, Nova Galicia
Banco, CAM, Camps y un larguísimo etc. Los que tienen que ir y son los que van,
los que roban para comer, que a esos, seguramente las penas no les bajarán de
tres a seis años.
¿Que vendía el señor duque?
Nada menos que humo, por eso cobraba tanto. El sumario lo demuestra.
Teóricamente Nóos era
una entidad sin ánimo de lucro, la entidad sí, pero el señor duque no. La
relación durante años con Repsol, Baf y otras entidades financieras y otras
fuentes de anunciantes particulares eran necesarios para el rosario de eventos
en un país con una crisis galopante con cuatro millones de parados para los
cuales el Instituto Nóos organizaba “distracciones” con fondos públicos.
A mayor abundamiento: dice El Mundo, que el
señor duque hacía constar en grandes caracteres que en la
junta directiva figuraba doña Cristina y el secretario privado, Carlos García
Revenga ¿Tomaría nota doña Cristina, del desaguisado que estaba haciendo contra
la Casa Real o pesaba más, en los euros obtenidos?
Nos tememos más bien
lo último que lo primero, porque de aplicarse la ética y la moral, no lo
habrían hecho.
El Grupo PSM en el
Parlamento Balear reclamó al Gobierno los contratos firmados con Nóos y otras
empresas que podrían formar parte de este desvío de fondos públicos ¿Para qué?
¿Para devolver el dinero? No, amigo, no. Estas cantidades están seguras donde
están, pese a quien le pese, mientras el señor duque se pasea y hace deporte en
los EE.UU. a los españoles y a la Casa Real que los parta un rayo.
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