Maldita fecha: Martes y 13.

miércoles, 14 de diciembre de 2011


La fobia específica al 13, tiene su nombre: “paraskavedekatriafolia o friggatriscaidecafolia”. Y es que el 13 no existe en el D.N.I. español, por los miedos que llegan hasta el instituto del Documento Nacional de Identidad. Así tenemos que, el primer DNI que se expidió en España lo fue para Franco mientras que del 10 al 99 fue reservado a la Familia Real; el 10 para el Rey Juan Carlos, y el 15 para el príncipe Felipe, pero no es esto de lo que queremos exponer, sino los orígenes del “martes y 13”,  así es que empezamos por decir que Marte fue y es el dios de la guerra y el 13 se asocia con el demonio. Otro pilar sobre el que se sustenta la creencia, es el hecho de la Última Cena de Jesús, 12 y con Judas 13. Otro lo da la Cábala que enumera 13 espíritus malignos.

En el tarot, esta cifra hace referencia a la muerte; 13 espíritus del mal, la venida del Anticristo y la Gran Bestia del capítulo 13 del Apocalipsis, también un martes y 13 cuando se produjo la gran confusión de las lenguas en la Torre de Babel, la caída de Constantinopla en un martes 29 de Mayo de 1.453.

Marte terminó por encontrarse con martes y con toda clase de desgracias y si a todo esto le añadimos el significado que en la Edad Media se le daba al planeta Marte, la superstición cobra toda su fuerza, porque Marte es el pequeño maléfico, pero ¿existen fechas más fatídicas? Sí, porque los anglosajones temen al viernes 13, en viernes fue crucificado Jesús de Nazaret, en Italia, no gusta el 17 por ser el número XVII, anagrama de Vixi, muerto. En Japón, China y Corea, es el número 4 como fatídico y en el calendario maya acabará y volverá a ponerse a cero en Diciembre del 2.012 que muchos interpretan como la fecha del fin del mundo, pero no es así. No olvidemos que es martes, 13 de diciembre del 2.011.

Imagen: Martes y 13.

0 comentarios:

Sobre este blog

"Soy humano; nada humano me es ajeno". Terencio

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Martin Niemoller

Síguenos en: