CRISIS ECONÓMICA Y CRISIS DE VALORES ÉTICOS Y MORALES

jueves, 31 de marzo de 2011

Aún no sabemos como saldremos de esta crisis (Alemania sí lo sabe), que nos tiene a todos aplanados; tampoco termina la crisis obscena de la televisión privada, así que cada vez que el ciudadano enciende la televisión para asomarse a ese submundo, que vive directamente de la explotación (y de los que la hacen posible), miles de gentes anònimas a los que se ha hecho creer octusamente que son mejores que todo el elenco de los fenómenos de feria, que se observa a diario en la televisión, faltos de "ética y moralidad" y bajo el hecho cínico de "llámame perro y dame pan", que es el reflejo del país; es decir, la realidad clara y dura, es el reflejo de "la princesa del pueblo", para burla y escarnio de quien la concibió. Programa grotesto, concebido por los especuladores que la tienen para mofarse, sentirse superiores a ella, por no mencionar a cuantas envidian su "dinero", su puesto en el plató, sin pararse a pensar que es lo que se vería bajo luz tan despiadada. Ante este escándalo diario uno se pregunta ¿qué hacer? Hacer por hacer, se puede hacer mucho más de lo que podemos imaginarnos. Exigir, por ejemplo "ética y moralidad", cuando menos para dignificar ese espacio público, impidiendo que lo degraden y contaminen.

Todos hemos críticado, de una u otra forma, la crisis, laboral, financiera y el pelotazo de la vivienda, pero ¿Hemos olvidado el sensacionalismo televisivo? Pues bien, reclamamos publicamente respeto moral y ético para el país que ha decidido apestar a los televidentes, apagando o desconectando el televisor de esa cadena y dejando a la intempérie a esos personajes nefastos y que astutamente viven de esa explotación. Muchas Gracias.

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Sobre este blog

"Soy humano; nada humano me es ajeno". Terencio

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Martin Niemoller

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