GRACIAS, ADOLFO SÚAREZ GONZÁLEZ POR TU ÉTICA Y MORALIDAD
jueves, 24 de marzo de 2011
Adolfo Súarez González, es una de esas personas con imán, que tiene el don de irradiar y contagiar, una atración especial, quien con su interés hacia los demás, las vuelve interesantes, demostrando que con su simpatía, su nobleza y lealtad hace posible el cambio político español, se acerca al partido comunista y se convierte en asequible y cómodo al cambio, que no es poco.
Adolfo Súarez González, a igualdad de conocimientos con otros, fue una persona imán, y con su ventaja hizo a todos sentirnos bien con quienes deberíamos relacionarnos politicamente, cosa nada fácil, después de cuarenta años de dictadura "pegar" el giro que dificilmente era posible realizar, principalmente con los jefes militares del mal llamado Alzamiento Nacional.
Adolfo Súarez González, pues, consiguió cumplir con el reconocimiento público de persona agradable, ética y moral, que le sirvió para volcar a favor de la U.C.D. determinadas decisiones, no siempre reconocidas por sus propios colaboradores de partidos, como se demostró con su caída.
El reverso de Adolfo Suárez González, fue el orgullo entendido como "creación" de su entorno personal, de su superioridad, que promete distancias con los demás, y que muchos no aceptaron más que por los intereses de partido, sino los económicos procedentes del franquismo.
Las personas realmente orgullosas, como Adolfo Suárez González, acostumbrado a ejercer al "cuadrado", demostró el efecto que buscaba: distanciarse de los demás, en una España, en que cada uno iba con su oferta personal y la actitud de entendimiento convertido en envoltorio, demostró, de como se nos entiende, y así, la simpatía con dicho envoltorio actrativo y sugerente, los demás lo han llevado finalmente a la tragedia de todos conocida.
Adolfo Suárez González, con su juventud desarrolló su "poder, ético y moral" sin ninguna imposición, en principio. Hoy, desde aquel tiempo pasado y la distancia podemos analizar lo "repelente" que fue la relación humana y hoy nos preguntamos ¿sabes lo que han conseguido los repelentes?
Gracias, Adolfo Suárez González por tú valentía, tú ética y moral, aceptada por los hombres de bien.
Adolfo Súarez González, a igualdad de conocimientos con otros, fue una persona imán, y con su ventaja hizo a todos sentirnos bien con quienes deberíamos relacionarnos politicamente, cosa nada fácil, después de cuarenta años de dictadura "pegar" el giro que dificilmente era posible realizar, principalmente con los jefes militares del mal llamado Alzamiento Nacional.
Adolfo Súarez González, pues, consiguió cumplir con el reconocimiento público de persona agradable, ética y moral, que le sirvió para volcar a favor de la U.C.D. determinadas decisiones, no siempre reconocidas por sus propios colaboradores de partidos, como se demostró con su caída.
El reverso de Adolfo Suárez González, fue el orgullo entendido como "creación" de su entorno personal, de su superioridad, que promete distancias con los demás, y que muchos no aceptaron más que por los intereses de partido, sino los económicos procedentes del franquismo.
Las personas realmente orgullosas, como Adolfo Suárez González, acostumbrado a ejercer al "cuadrado", demostró el efecto que buscaba: distanciarse de los demás, en una España, en que cada uno iba con su oferta personal y la actitud de entendimiento convertido en envoltorio, demostró, de como se nos entiende, y así, la simpatía con dicho envoltorio actrativo y sugerente, los demás lo han llevado finalmente a la tragedia de todos conocida.
Adolfo Suárez González, con su juventud desarrolló su "poder, ético y moral" sin ninguna imposición, en principio. Hoy, desde aquel tiempo pasado y la distancia podemos analizar lo "repelente" que fue la relación humana y hoy nos preguntamos ¿sabes lo que han conseguido los repelentes?
Gracias, Adolfo Suárez González por tú valentía, tú ética y moral, aceptada por los hombres de bien.
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