Operación Babel
lunes, 12 de diciembre de 2011
El que parecía ser el perfecto yerno del Rey ha salido rana.
Deportista de élite, ya lo dijimos, hasta guapo, miren en lo que ha terminado:
Haciendo caja con el dinero del contribuyente.
“El hilo”, ya lo hemos
denunciado. Son las cuentas del Instituto Nóos, como consecuencia de las
investigaciones del caso Palma Arena. “Sin ánimo de lucro”, porque la única
finalidad perseguida por el señor duque de Palma y Torres, no era otra que,
contar con la cobertura de un sociedad que formalmente no perseguía ánimo de
lucro; una especie de ONG dedicada a proyectos sociales, no para atender a los
pobres de solemnidad, sino para rodearse de prestigio social. “Dinero público”,
porque en algunos casos se trataba de fondos públicos y dinero que ni siquiera
estaba respaldado por documento alguno. “El pelotazo”, porque el señor duque de
Palma, así llamado, mientras le dure, habría amasado un patrimonio personal de
11 millones de euros que no está nada mal en época de crisis, sin calcular aún
las cantidades de empresas de Nóos enviadas al extranjero. “La Infanta”, porque
era vocal de una de las empresas beneficiarias, de la que su esposo, el señor
duque, era administrador y desviador de parte del dinero público. “La Casa Real”,
porque no hace declaración alguna sobre el comunicado del señor duque. “Los
participantes”, el señor duque de Palma como presidente, fijando precios
totalmente desproporcionados por unos servicios para la Administración. Jaume
Matas, ex ministro de Aznar y por lo tanto del PP y ex presidente balear
imputado en el caso Palma Arena, acusado de enriquecimiento. Diego Torres, como
Gerente imputado por falsedad, documental, prevaricación, fraude y malversación
de fondos públicos. José Luis Ballester ex director general de Deportes del
Gobierno balear, imputado por el juez, por haber firmado los convenios de
colaboración por valor de 2,3 millones con Nóos.
Reflexión. Se acerca la Navidad y con ella, sus
correspondientes celebraciones y reencuentros con las personas queridas, los
momentos de compañía, de paz y felicidad y sus inevitables gastos que
deberíamos replantear cual es su verdadera esencia y esos millones del erario
público, sirvieran para “alegrar” en parte al enfermo en estas fiestas y al que
necesita el pan de cada día y no lo alcanza.
Imagen: Iñaki Urdangarín
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