BANCOS Y CAJAS TIENEN MUCHO QUE CALLAR.

A estas alturas del año 2.011 ya nadie duda que la situación económica de las familias se ha debido en gran parte a la forma de actuar de los Bancos y Cajas. Somos testigos como en algunos casos salían los propios directores de las sucursales en busca de las “víctimas” de cada día. Hoy, desgraciadamente podemos hablar claro de los excesos cometidos por las entidades financieras que se tradujeron en suculentos beneficios, pese a llevarse a cabo políticas de inversión y crédito absolutamente irresponsables e insostenibles. Queda claro que dicha irresponsabilidad afectó de lleno a una inmensa mayoría de familias las cuales se han visto envueltas en una crisis hipotecaria sin precedentes en más de cincuenta años. Deudas inasumibles, abusos bancarios y degradación del nivel de vida de las personas, ya ni te cuento, totalmente desamparadas ante un escenario económico cada vez peor que otros generaron y que solo estos están pagando con sus lágrimas.

Los Bancos y Cajas tienen muy poco de que hablar y mucho que callar, como culpables de los mayores quebraderos de cabeza para con sus clientes y para los que fueron a buscar a sus casas para meterlos en este desagradable lio; porque tanto la banca como las cajas han contribuido activamente en todo este tinglado, promocionando, financiando y comercializando viviendas, pensiones, negocios y un sinfín de productos, forzando en muchos casos el mercado y generando subidas en el valor de los inmuebles, convirtiendo la vivienda en un lujo, cuando la CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA reconoce el DERECHO A LA VIVIENDA DIGNA DE CADA CIUDADANO; han sido poco propensos a cumplir con el ART. 47 de la Constitución que consagra este derecho y exige se pongan todos los medios para ello, incluyendo la lucha contra la especulación.

Tomen nota: Entre el 2.000 y 2.008 se triplicó la deuda hipotecaria a los españoles, acercándose al BILLÓN de euros. Es sorprendente que el sobreendeudamiento haya pasado del 46% al 127%. SOLAMENTE CON LAS COMISIONES PAGARON EL COSTE SALARIAL DE LA BANCA y ahora ¡qué!